Por Bernardo Ptasevich
Confiamos en que los recortes no afectarán el poderío de Tzáhal
Israel no es parte de la Unión Europea. Si bien en deportes participamos en varios torneos europeos por razones conocidas, en el resto de los temas sólo tenemos en común los negocios que se hacen con los países que la integran.
En los últimos tiempos la UE está muy desacreditada incluso para sus propios miembros. Varios de ellos consideran seriamente la posibilidad de salir de ella considerando que es más lo que los perjudica que lo que los ayuda. Sobre una idea original positiva, como siempre, en los hechos se transforma en algo que sólo sirve para dar órdenes y controlar a sus miembros. El poder vuelve a hacer de las suyas, ese que corrompe, que llena de orgullo y soberbia a quien lo detenta.
Ahora, no conformes con dirigir a sus miembros, los intima a no negociar ni hacer convenios con Israel en las zonas que consideran ocupadas. Volvemos al tema de siempre.
¿Qué país de los que integran esa organización no ha ganado parte de su territorio en guerras? Es más, lo han ganado en guerras que ellos propiciaron, atacando a países vecinos para conquistarlos. Quieren desconocer que Israel logró esos territorios cuando fue atacado para exterminar a sus habitantes y hacerlo desaparecer del mapa mundial. En eso se parecen mucho a Mahmud Ahmadinejad, aunque no lo vociferen abiertamente con vehemencia como él lo hace. En 20 años esa organización internacional no ha logrado cumplir con sus objetivos internos. En su seno se dirimen las luchas de poder de los países que lo integran sin lograr las soluciones a sus problemas.
En lugar de mirar en su ombligo, se dedican ahora a meter la nariz en otros países, en este caso tratando de regular los negocios que sus miembros hacen con Israel. El Primer Ministro Netanyahu ha rechazado esa intervención en forma inmediata declarando que nadie de afuera va a fijar las fronteras de Israel. Al parecer y acorde a sus actos, está buscando en forma insistente sentarse a la mesa de negociaciones directas con los palestinos y para ello acaba de llamar telefónicamente a Mahmoud Abás, algo que no hacía desde hace bastante tiempo.
Es de interés común comenzar las negociaciones, aún cuando no den resultado. Hay un conflicto, una diferencia de intereses y sólo hay dos caminos para salir de él. Un camino, son las negociaciones y el otro es la guerra. Lo primero no ha dado resultado hasta el momento y hay muy poca confianza en las partes de que dé resultado en el futuro. El segundo produce muertes y destrucción, pérdidas que no son recuperables en el futuro. Hay que elegir porque no hay otros caminos.
El Golán en alerta máxima
Los vecinos de Israel no dejan de causar problemas y traer peligro a las fronteras. Hoy toca al norte del país soportar el peligro cercano del conflicto entre el gobierno sirio y los rebeldes. El Ejército ha reforzado su presencia en la zona y está muy atento a los acontecimientos. Por primera vez, rebeldes sirios han logrado tomar posición en una base israelí recientemente abandonada por nuestro Ejército. Unidades de Israel fueron atacadas presuntamente por fuerzas del gobierno que perseguían a los rebeldes y contestaron con fuego sin que se registren heridos
ni muertos. Si bien el puesto de Tel Fares no está de este lado de la valla de seguridad, cada vez la violencia de ese conflicto se acerca más al territorio de Israel.
Antes habían caído varios obuses pero no se consideraron ataques directos sino consecuencias no deseadas del mismo conflicto interno en Siria.
Es mejor prevenir que curar
Los riesgos crecientes de la guerra civil en Siria han provocado decisiones de la cúpula militar israelí. El comandante del Ejército de Defensa de Israel, Benny Gantz, decidió crear una nueva división regional en los Altos del Golan formada principalmente por reservistas. Esta decisión está pendiente de aprobación por parte del gobierno, lo que traslada su funcionamiento real a finales de año, una fecha que puede ser tardía ya que los acontecimientos bélicos no esperan, no tienen los mismos tiempos que la política.
Esta decisión es sólo una parte de un plan de restructuración y modernización. Es sabido que los gastos del Ejército están excedidos y no justamente en lo necesario para atender la seguridad. Tanques viejos paseando por las rutas y gastando recursos innecesarios son vistos por cualquiera que viaje de una ciudad a otra.
Automóviles utilizados en tareas no militares gastando combustible que paga la población con sus impuestos no tiene nada que ver con las funciones que deben ser reforzadas y son imprescindibles. Ahora se anuncia la venta de material que si bien no esta en desuso, no se utilizará en enfrentamientos con nuestros enemigos ya que hoy se dispone de elementos más modernos y sofisticados.
Habrá que tener cuidado al momento de elegir los destinatarios, ya que en otras zonas menos tecnificadas como América Latina, estas armas pueden favorecer a algunos y perjudicar a otros. No es bien visto vender armamento, hay que pensar bien el destino final del mismo.
El anuncio de que lo que no sea vendido se fundirá para utilizar el acero o será utilizado como adorno fuera de las bases o en plazas y avenidas del país no parece algo serio. Estamos diciendo a los interesados que lo que ofrecemos es chatarra, elementos fuera de uso que servirán para exposición o para recuperar el metal, un mensaje que además dañará seriamente los precios que puedan obtenerse. Teniendo en cuenta que lo producido se utilizara en áreas de tecnología que necesitan recursos este no es un buen mensaje.
También se anuncio la reducción de unidades militares de aire tierra y mar, tanto en el servicio regular como de la reserva, cerrando escuadrones de combate aéreos, unidades de tanques y artillería.
Deben evaluar que es lo que realmente van a utilizar para neutralizar los peligros que nos acechan y que es lo que produce gastos innecesarios. Confiamos que estén tomando las medidas adecuadas en ese sentido.
El descontrol de los gastos no debe persistir al igual que en otras áreas de la economía del país. La seguridad no depende de mantener cosas inservibles utilizando combustibles, depósitos, personal y creando gastos superfluos que no producirán ningún beneficio en favor de la defensa.
Se espera ahorrar siete mil millones de shekel en los próximos cinco años. Habrá paralelamente que invertir en elementos modernos y continuar instalando escudos defensivos antimisiles que han demostrado su eficacia.
